Llegan las vacaciones y con ello la oportunidad de tomar el sol y obtener un tono dorado de revista, pero ¿broncear la piel es saludable? La dermatóloga María Victoria Sabogal Gómez de Cliniderma Bogotá, te lo aclara a continuación. ¡Toma nota y aprende a exponerte al sol sin afectar tu salud!
Broncear la piel es una de las conductas sociales más comunes y por eso para algunas personas obtenerlo se ha convertido en una ideal de belleza, no obstante exponerse al sol prolongadamente y de manera excesiva aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer de piel, una enfermedad que a nivel mundial se ha incrementado en las últimas décadas.
¿Qué pasa en tu piel cuando te bronceas?
La dermatóloga María Victoria Sabogal explica que “cuando nos exponemos al sol, los melanocitos aumentan la producción de pigmento (llamada melanina) para cubrir o proteger a las células que tienen nuestra información genética y que se encuentran en la capa más profunda de nuestra piel (capa basal). Por esta razón, nos vemos bronceados”.
Así que, lo que verdaderamente ocurre cuando te expones continuamente a los rayos ultravioleta, ya sea del sol o de fuentes artificiales como las camas de bronceado, es que las células de la piel se protegen con melanina para no dañar su ADN, produciendo una inflamación y enrojecimiento en la zona expuesta.
Conoce los riesgos de broncear la piel
La dermatóloga María Victoria señala que broncearse no es una práctica saludable, “ya que la piel se compone de varias capas. En la capa más profunda (capa basal se encuentran las células que tienen toda la información genética (ADN) de la piel para que esta funcione de manera adecuada, también se hallan los melanocitos, células encargadas de generar pigmento, una manera de protección natural para no alterar el ADN. Por lo que, cuando te expones al sol, los rayos solares penetran esas capas que conforman la piel (inclusive pueden llegar a la capa más profunda), alterando el funcionamiento normal de las células que contienen la información genética y como consecuencia, generan mutaciones que a largo plazo conllevan al desarrollo de enfermedades”.
En ese orden de ideas “las consecuencias más inmediatas son las quemaduras sobre la piel, entre más profunda sea, existe mayor riesgo de que se generen consecuencias permanentes como la pérdida de pigmento o la hiperpigmentación de algunas zonas, que es lo que usualmente la gente llama “manchas”. De igual forma, los rayos solares aceleran el proceso de envejecimiento, así que las personas que reciben mucho sol pierden humectación natural, la piel se empieza a ver frágil, seca y aparecen arrugas u otros signos de envejecimiento prematuro. Pero, las consecuencias más graves se producen con la aparición de cáncer de piel, el ADN de las células se daña y estas empiezan a funcionar de forma anormal, mutando en células dañinas”, explica la dermatóloga María Victoria Sabogal.
Recuerda que, como anota la dermatóloga María Victoria Sabogal “los protectores solares aumentan el tiempo necesario para que la piel no se queme, por ejemplo: una persona blanca sin protector solar puede tener quemaduras en 10 minutos, pero si utiliza un FPS 30, aumenta 30 veces más la protección para que la quemadura no se genere tan rápido”.
No obstante, no olvides que cuando te expones al sol la piel produce vitamina D, la cual es necesaria para que el cuerpo absorba el calcio, por eso es importante que tomes el sol durante 15-30 minutos al día en una zona pequeña del cuerpo antes de las 9:00 a.m. o después de las 4:00 p.m.
Si te pasas de los 15 minutos, se genera una afectación en la piel, por eso “olvídate del concepto de “bronceado saludable” ya que la respuesta que esto genera en tu piel no es buena, por el contrario, produce una agresión en tu piel”, concluye la Dra. María Victoria Sabogal.
Así que, cuida tu piel realizando acciones de autocuidado como aplicarte diariamente tu protector solar, tomar agua, seguir una rutina de cuidado facial y ante cualquier señal como lunares asimétricos, asiste cuanto antes, a una consulta médica.