Salir con tus amigos, compartir en familia, practicar el deporte que prefieras, conectarte con la naturaleza, dar un paseo con tu mascota y contar con la capacidad para responder a los problemas de la vida, no solo protegen tu salud, sino que te hacen más saludable.
Cuando nos hablan de autocuidado, nos aconsejan: ejercitarnos, aprender a manejar el estrés, alimentarnos y dormir bien. Sin embargo, esto va más allá.
Según el doctor Arturo Rico, líder del Modelo de Salud de Compensar: “el autocuidado no solo se enfoca en evitar enfermedades sino en desarrollar actividades físicas y sociales para sentirnos saludables”.
En la vida existen dos tipos de personas, las que sufren un hecho desafortunado y no lo saben afrontar o el individuo que cuenta con la habilidad y capacidad necesaria para responder ante los cambios que se presentan en su vida.
Esto explica por qué existen personas que, bajo las mismas circunstancias, se sienten más saludables que otras. De esta manera, una persona que padece de alguna enfermedad crónica como: diabetes, hipertensión, entre otras, puede también sentirse saludable.
¿Cómo se logra?
La clave está en identificar los recursos activos con los que cuenta cada persona. “Aprovechar tus gustos y potenciar tus habilidades”, concluye Rico.
Para esto debes:
● Reunirte con tus amigos: un reciente estudio realizado por Psychological Science, revista de la Asociación para la Ciencia Psicológica, concluyó que nuestros amigos pueden proteger nuestra salud.
El estudio siguió a 267 niños desde los 6 hasta los 16 años. En esta década se demostró que quienes adquirieron estilos de vida saludable por compartir con sus amistades, tienen una presión arterial más baja y un índice de masa corporal menor que los niveles normales al llegar a los 30 años.
Por eso, arma planes con tus amigos: juega bolos, fútbol o el deporte que prefieras. Con esto, no sientes que hacer ejercicio es una obligación sino que hace parte de tu esparcimiento
● Compartir tiempo en familia: tus seres queridos siempre están ahí cuando más los necesitas. Apóyate en ellos cuando pases por malos y buenos momentos. Genera espacios donde puedan conversar con tranquilidad, los cuales te brindan lazos de confianza y, al estar más unidos, contarán con valores sólidos que los hará creer en sí mismos.
De hecho, una investigación realizada por los psicólogos Suniya Luthar y Edward Zigler, demuestra que la autoestima, autoeficacia, optimismo y apoyo familiar protegen a las personas de los efectos negativos de las situaciones adversas.
Inscríbete con tu familia a cursos que los hagan relajarse y sentirse activos, que les permitan descubrir nuevos talentos y fortalecer los que ya tienen.
Cuando haces este tipo de actividades con tus amigos y familiares no solo obtienes beneficios físicos sino también mejoras tu salud mental. Así, gozas de una buena calidad de vida y vives saludablemente.
Recuerda que el autocuidado no solo se refiere a eliminar factores de riesgo (genético, medioambiental, hábitos) sino a fortalecer las actividades que son fuente de bienestar esta en cada individuo. Es comprender que hay un cambio de paradigma pasar de identificar lo que te puede enfermar o es nocivo para la salud, a lo que te puede mantener saludable desde una visión integral como seres humanos.
Las enfermedades no solo se deben a virus y bacterias, el estado físico, mental y espiritual de una persona esta relacionado con su salud y bienestar. El entender cómo nos relacionamos y afrontamos la vida, nos hace más saludables.