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Compensar, una forma diferente de educar


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    Para lograr que sus afiliados se formen en habilidades socioemocionales y valores, Compensar está convencida de que antes debemos aprender a pensar. 

    Hoy, la gran mayoría de colegios aseguran que sus estudiantes reciben formación en competencias socioemocionales. Sin embargo, en algunos casos, a pesar de desarrollar una metodología para avanzar en este tema, se ignora que estas habilidades son construidas y desarrolladas según las estructuras mentales de cada individuo. Un tema que merece más atención de lo que se cree.

    De acuerdo con algunos expertos, como María Alexandra Rendón, docente de la Universidad de Antioquia en la Facultad de Educación, “para lograr que un estudiante se forme en competencias socioemocionales, es decir, aprenda a identificar, interpretar y solucionar problemas de su realidad, necesita pasar por un proceso reflexivo en el cual analice las consecuencias de su forma de ver y reaccionar a su entorno, lo que se conoce como pensamiento crítico”.

    Frente a este proceso cognitivo que está dando mucho de qué hablar, sobre todo en el contexto de las fake news (noticias falsas), los estudiantes están creciendo en muchos casos con un vacío en este aspecto, a tal punto que su manera de responder ante el mundo se desarrolla sin el debido proceso de reflexión. Es decir, nadie les enseña a pensar. Este modelo es precisamente lo que Compensar ejecuta en su pedagogía desde hace 40 años. Para todos los cursos que ofrece, no solo se ha enfocado en desarrollar habilidades técnicas, sino que ha ido más allá. Se ha atrevido a formar en pensamiento crítico, con la intención de que las personas desarrollen habilidades socioemocionales y valores que les permitan ser mejores ciudadanos.

    ¿Cómo lo logran?

    Sus cursos están divididos en tres áreas de formación: recreación, educación y deporte. Y según explica Carlos Calvete, coordinador de Deportes de Compensar, en cada una incorporan actividades transversales que van desde cómo se patea un balón hasta
    observar la madurez emocional que tiene un niño frente al equipo de fútbol contrincante (en el caso del área deportiva).

    Para Juan Manuel Rivadeneira, gerente de Recreación, Educación y Deporte de Compensar, “las reflexiones que incorporamos en torno a cómo generar una mejor interacción con los demás compañeros y un mayor desempeño en la clase, no solo como individuo sino como grupo de trabajo, hacen que el niño se apropie de unos valores, de un nuevo pensamiento y aprenda a tener una mejor conciencia en la toma de sus decisiones”, asegura.

    Es poco común que en el campo de las asignaturas extracurriculares se plantee un escenario distinto a lo que ofrece el sistema de educación, ya que para muchos la salida fácil es ofrecer clases de arte, matemáticas o deportes sin que el estudiante comprenda a fondo las habilidades que está adquiriendo. Sin embargo, en el caso de Compensar, su mirada de lo educativo trasciende lo escolar. Tanto sus docentes como directivos reconocen que a lo largo de la vida el ser humano se educa en diferentes escenarios y a través de diferentes estrategias.

    “Todas nuestras actividades deportivas, recreativas y educativas tienen algo en común y es que dentro de sus metodologías forman en valores, en pensamiento crítico y en habilidades socioemocionales. Por ejemplo, el valor del respeto se aprende tanto en una clase de arte, como en una de música o en una actividad recreativa de fin de semana”, dice Rivadereira.

    Adicionalmente, para Ana Beatriz Cárdenas, coordinadora de Educación de Compensar, enseñar a reflexionar sin llevar a la acción es un saludo a la bandera. Por esa razón asegura que el verdadero impacto que la organización tiene en sus afiliados radica en la transformación de muchas familias. “Estamos garantizando que, quienes accedan a nuestros cursos se formen en pensamiento crítico a través de la pintura, de la música y el deporte, pero desde la acción. Yo puedo hacer muchas reflexiones, pero si no logro transformar mi cotidianidad, mi ser y mi comunidad, nunca podré ir más allá de un bonito discurso”, explica Cárdenas.

    Pensamiento crítico en las zonas rurales

    En algunas zonas del país que fueron golpeadas por el conflicto armado y el desplazamiento forzado como Yacopí, Caparrapí, La Palma y Guaduas, municipios de Cundinamarca, Compensar trabaja en la formación de los jóvenes y niños más vulnerables de estas poblaciones.

    La misma metodología usada en sus cursos, se adaptó en las dos líneas de acción aplicadas en estos lugares. La primera línea se enfoca en niños de 0 a 5 años (primera infancia) y la segunda trabaja con jóvenes hasta noveno grado de instituciones rurales, con quienes se desarrollan programas de acompañamiento educativo para mejorar sus procesos cognitivos.

    En el caso de primera infancia, se atienden, en promedio, 300 niños al año. “Estamos ofreciendo todo lo necesario para los más pequeños, desde alimentación hasta el tema de integración con sus familias”, apunta Rivadereira. Así mismo, a los 500 jóvenes de estas zonas rurales de Cundinamarca, Compensar llega con un equipo de docentes que ofrece un acompañamiento educativo con jornadas extracurriculares, donde el deporte y las artes están presentes como procesos de reconciliación.

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