Cada vez son más las personas que prefieren disfrutar una cerveza artesanal, hecha en pequeñas fábricas, las cuales imponen calidad y sabores innovadores, con notas que conquistan nuevos clientes al mercado.
La evolución de la cerveza artesanal en Colombia se ha acelerado en los últimos años. De acuerdo al Colectivo Colombiano de Cervecerías Artesanales (COLCAS), entre 2007 y 2018, el número de cervecerías creció anualmente a una tasa del 46%, con una oferta que sumó 255 cervecerías artesanales, distribuidas en 83 municipios y en 19 departamentos.
Y es que la cerveza artesanal ha presentado este crecimiento gracias al valor que los consumidores le han dado a la elaboración de una bebida con mayor calidad, la cual demanda en su producción, sabores distintos, con ingredientes como: cereales, lúpulo y aditivos que no poseen las cervezas industriales; además de frutas, café, especias, entre otros productos locales.
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El placer de una cerveza artesanal
Así como el mercado ha crecido, lo ha hecho el nivel de exigencia, de esta manera lo considera Fredy Suárez, cofundador de la cervecería artesanal Dos Tercos, quien considera que las personas se están interesando en probar sabores y experiencias diferentes, incluso, al punto de crear una comunidad en torno a la cerveza artesanal.
Sin embargo, “aún existen consumidores cautelosos al tomar cerveza artesanal, principalmente por el precio, por falsas creencias sobre el alcohol o porque alguna vez probaron una “mala cerveza” y se quedaron con esa experiencia negativa”; señala Daniela Villamizar, gerente de Diosa Cervecería, quien resalta el trabajo que el gremio hace por satisfacer las exigencias que tienen los consumidores cerveceros por probar muchos estilos de cerveza, lo que permite la pluralidad en el sector.
La variedad es el factor que le ha dado cabida a un abanico de opciones para generar una oferta novedosa en la que los consumidores puedan probar bebidas con estilo, fabricadas con una técnica precisa y así consolidar algunos emprendimientos colombianos que nos comparten un fragmento de la historia que empezaron a escribir con el objetivo de producir una cerveza de calidad, en medio de un mercado altamente competitivo.
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Cervecería Non Grata
Daniel Lozano, cofundador de esta cervecería artesanal, es uno de los emprendedores que dio vida a este proyecto en el 2016, consolidando sus ventas en más de cinco ciudades y con la creación de su propio pub: Tejo La Embajada, el primer tejo con cerveza artesanal.
Para Lozano, el crecimiento del mercado ha estado impulsado por cambios en el consumo de los colombianos, “Desde hace años, con un mayor poder adquisitivo, el comensal ha estado en una búsqueda por nuevas experiencias gastronómicas en restaurantes y bares no tradicionales. Ahí es en donde la cerveza artesanal se ha desarrollado”.
“Jack el destripador” es la cerveza emblema de Non Grata; una bebida con maltosa, madurada en barriles de roble y curada en whisky. También la “Mandaripa”, madurada con piel de mandarina colombiana y su más reciente creación, la “Ismael”; una cerveza rubia que reivindica al maíz en su preparación.
Diosa Cervecería
Esta cervecería artesanal bogotana, creada por Daniela Villamizar, “Comenzó por curiosidad cuando empezamos a cocinar papá e hija en nuestra casa y nos quedó gustando tanto, que decidimos meternos de lleno. Actualmente, somos una empresa familiar junto a mis padres y mi primo. Decidimos que fuera Diosa, porque amamos la ritualidad en torno a beber una cerveza y queremos rescatar el pasado femenino de la historia de la cerveza y su elaboración”, señala Daniela.
Entre tanto, para Villamizar la dinámica positiva que ha tenido la cerveza artesanal, se debe a que la gente se ha vuelto más exigente con lo que toma y con el consumo local; una vez se prueba la cerveza artesanal en toda su dimensión, es muy difícil retornar.
En este momento, Diosa maneja diferentes tipos de cervezas artesanales: American Pale Ale (iniciación), Amber Ale (celebración), India Pale Ale (ritual) y la Milky Stout (adoración), esta última, la más apetecida por sus clientes.
Cervecería Dos Tercos
Esta propuesta nace de Fredy Suárez y Catalina Figueredo, quienes desde hace tres años, vienen preparando sus recetas para consolidar un emprendimiento que tiene como propósito ser una cervecería independiente, incluyente, fiel a la técnica, rigurosa con la calidad y terca.
Dos Tercos maneja una oferta en la que se encuentran: Gozke, una cerveza de trigo que busca evocar la tradición cervecera de Baviera, con un 6,5% de alcohol; Inherente, una combinación de cerveza y café, una base de golden ale con adición de café frío y 4,5% de alcohol; Pura Sabrosura, una cerveza que usa lúpulos americanos con 5% de alcohol y la Black Velvet, una bebida de color negro profundo con 6% de alcohol.
Estas fueron las historias detrás de algunas de las empresas de cerveza artesanal, que con trabajo, persistencia y disciplina, han logrado consolidar emprendimientos que le han dado protagonismo a una materia prima que, más que eficiencia, busca sabores distintos y con una producción que en pequeños lotes, tiene el propósito de dar una bebida que conquiste el paladar de nuevos clientes.