¿Puedo realizar ejercicio si he sufrido de un infarto? La respuesta es sí, aunque entendemos que empezar puede generar cierto temor, sigue estas recomendaciones para hacerlo de manera segura y saludable.
¿Qué es un infarto y por qué se produce?
De acuerdo con el doctor Luis Moya Jiménez, cardiólogo y presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión “el infarto es una necrosis o la muerte de un tejido. Si hablamos de infarto del corazón, es porque dejó de funcionar una parte del músculo cardíaco. Esto sucede cuando ese músculo deja de recibir la sangre oxigenada que lo alimenta y le permite su normal contracción o funcionamiento”.
¿Y qué conlleva a que esto se origine? El doctor Moya explica que “en la pared de la arteria que alimenta o lleva la sangre se va produciendo una obstrucción causada por acumulación de grasa llamada ateroma. Al llegar al episodio final se rompe la pared de la placa ateromatosa y la sangre responde con las plaquetas y la formación posterior de un trombo, produciendo la obstrucción total y causando, en la mayoría de los casos, la muerte súbita o si el individuo sobrevive, un infarto cardíaco”.
Por esta razón, cuando una persona supera una situación tan difícil como lo es un infarto, piensa en cambiar malos hábitos que venía implementando como el sedentarismo. Y aunque empezar a ejercitarse puede generar temor, es una de las mejores decisiones que pueden tomar este tipo de pacientes pues como anota el Dr. Moya:
“El objetivo del ejercicio es que el tejido o el músculo que sobrevivió al infarto trate de compensar la contracción normal que se ha perdido con el pedazo muerto, por eso desde el mismo día del infarto se inician los programas de rehabilitación cardíaca que son ejercicios dirigidos y controlados por personal médico que progresivamente en términos de 2 o 3 meses llevan al individuo a tener una vida normal”.
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Ejercicios para fortalecer el corazón después de un infarto
Para la Dra. María Alejandra Sastoque, especialista del deporte de la Universidad Nacional de Colombia y deportóloga de Compensar Recreación, Educación y Deporte “en este punto es importante hacer énfasis en los programas de rehabilitación cardíaca, los cuales se deben personalizar para cada paciente porque con base en esto se determina qué tipo de actividad física, después de sufrir un evento isquémico cardíaco, le favorece al paciente. Esto no solo se realiza por la existencia de la condición como tal, sino también porque se deben integrar todas las patologías tanto a nivel cardiovascular y metabólico como osteomuscular”.
Por lo tanto, “uno de los aspectos más importantes a considerar es que este tipo de pacientes deben realizar ejercicio supervisado en el que se tengan en cuenta todas sus variables fisiológicas, recibiendo instrucciones acerca de la frecuencia, duración, tipo, volumen y progresión del ejercicio. Lo recomendable es iniciar con ejercicios de resistencia cardiovascular como caminadora o bicicleta y después introducir de manera paulatina y supervisada ejercicios de fuerza y flexibilidad”, explica María Alejandra Sastoque.
La razón de por qué se debe comenzar de esta manera, es porque como señala el doctor Moya “ los ejercicios aeróbicos: caminar, correr, nadar, montar en bicicleta aportan oxígeno y no fuerza, son estimulantes para beneficio del corazón, mientras que los anaeróbicos son más de fuerza y resistencia muscular que demandan energía sin oxígeno como levantar pesas y no son tan beneficios para el corazón”.
¿Qué precauciones tomar?
Como el objetivo es obtener los mayores beneficios de la actividad física generando la menor incidencia de riesgo, Sastoque enfatiza en la importancia de “tener un adecuado control de todos los factores de riesgo como patologías de base: tensión arterial alta, obesidad, problemas de grasa en la sangre, azúcar alto, estrés. Esto disminuye los riesgos de complicación y permite obtener los mayores beneficios de realizar ejercicio. También es importante que se vigilen los síntomas que se generan durante el ejercicio como dolor en el pecho, dificultad para respirar, desmayos, que el corazón no palpite de manera normal; señales de alerta que se deben informar al médico tratante, pues esto puede limitar la rehabilitación del ejercicio”.
En ese sentido, y si estás preguntando si debes tomar medicamentos de por vida tras sufrir un infarto. “La respuesta es sí, puesto que tu médico tratará de controlar, ya sea con modificar sus factores de riesgo o con tratamiento médico esos factores que ameritan corregirse para que la enfermedad no siga progresando, ejemplo, hipertensión, colesterol, diabetes, entre otras patologías”, explica el doctor Moya.
Así que, si sufriste un infarto no temas en practicar ejercicio, siempre y cuando, cuentes con supervisión médica, pues como señala Sastoque “debes hacer ejercicio de forma segura porque el ejercicio es una actividad que activa todos los sistemas fisiológicos del cuerpo y eso requiere de una supervisión específica. La idea de estos procesos es crear un hábito que se mantenga en el tiempo para que esta intervención pueda servir de manejo para la patología a nivel cardiovascular y entender que este proceso tiene que ser interdisciplinario e ir en acompañamiento de todas las especialidades para lograr un cambio de vida integral”.
