Alimentarse bien y ejercitarse adecuadamente son algunas reglas básicas para llevar una vida fitness adecuada. Pero ¿qué tan seguro y efectivo es? Conoce los beneficios y las recomendaciones de un especialista.
Indudablemente, llevar este estilo de vida activo aporta a la salud mental, física y emocional de cada individuo. Sin embargo, es necesario implementar rutinas nutricionales acordes a las recomendaciones médicas que aporte un experto.
Alejandro Buitrago, especialista en ejercicio físico para la salud de Compensar, define el término fitness como bienestar (fit – sano). Por lo que la actividad fitness implica apropiarse de rutinas saludables que se logran a través de hábitos físicos y alimenticios continuos, organizados, programados y controlados.
Para el especialista, se debe tener una alimentación balanceada libre de fritos (grasas), dulce (glucosa) y harinas (glucosa), implementar cinco comidas al día, agregando fruta y proteína. No se debe aguantar hambre, ingerir una harina saludable en cada comida (bajos niveles de glucosa y grasa) y adicionalmente, añadir ensaladas y agua para que el organismo se encuentre hidratado y activo.
Una práctica para grandes y chicos
La práctica fitness no se debe limitar únicamente a los adultos. Los niños y jóvenes también pueden apropiarse de este estilo de vida bajo el seguimiento de un entrenador o médico. Las principales ventajas de llevar una vida saludable a temprana edad están relacionadas a la adherencia de los buenos hábitos.
Frente al nivel de exigencia física, es apropiado tener intensidades moderadas y no sobre cargarse. Lo importante es lograr los resultados que se esperan con ejercicios de resistencia y tono muscular, flexibilidad, equilibrio y sensopercepción, con niveles leves.
En este punto, los entrenadores físicos y deportólogos tienen la ardua tarea de capacitar y educar a sus pacientes para que el ejercicio sea acorde a las necesidades de cada uno. Recuerda que la actividad física intensa no deja buenos resultados y puede ser perjudicial para la salud.
Por otro lado, han surgido una serie de mitos alrededor de esta práctica, que, junto al deportólogo aclararemos:
1. ¿El ejercicio aeróbico adelgaza y las rutinas basadas con pesas ensanchan el cuerpo?
Realidad. De acuerdo a los niveles de intensidad y la carga de ejercicio se puede medir los efectos en cada deportista. Si el ejercicio aeróbico es de alta intensidad difícilmente se va a quemar grasa, disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos. Pero si por el contrario se trabaja de forma frecuente y gradual, los resultados serán efectivos.
Además, manejar pesas favorece la ganancia del tono muscular y moldea el cuerpo, pero debes tener en cuenta que el peso no debe exceder la capacidad de tu fuerza.
2. ¿El agua con azúcar quita los dolores musculares?
Mito. Si hay dolor muscular generado por la actividad física, el agua con azúcar no calmará la fatiga. En este caso, el músculo lo que necesita es reponer glucosa, proteínas, hidratación, sodio, calcio y potasio con alimentación y estiramiento.
3. ¿Los carbohidratos engordan?
Mito. De acuerdo a los carbohidratos que se consuman los efectos pueden variar. Sin embargo, hay carbohidratos que contienen un alto nivel de glucosa que pueden generar el aumento en el porcentaje de grasa.
4. ¿El ejercicio crea adicción?
Realidad. La endorfina o también conocida como la hormona de la felicidad, se generan por la práctica de educación física y son las que generan el deseo y motivación de hacer deporte. Estos niveles de endorfina se van elevando cada vez más a medida que se crea el gusto por practicar un deporte.
5. ¿La cafeína genera mayor rendimiento?
Realidad. La cafeína es un estimulante neurológico que reduce el cansancio, pero no es aconsejable ingerirlo. El adecuado reposo y descanso ayuda a que el cuerpo rinda por si solo sin estimulantes. Ten en cuenta que todo en exceso es malo.
Sigue las recomendaciones de tu especialista y aprópiate de hábitos saludables para tu cuerpo y mente. Aquí te dejamos algunos tips para empezar.