Los colaboradores son la clave para que Compensar, durante estas cuatro décadas de servicio, siga trabajando por perfeccionar el arte del bienestar. Esta es la historia de Héctor Figueroa, líder financiero de Compensar, quien hace 38 años trabaja en la Caja no solo para cumplir sus sueños sino para hacer realidad los de todos los colombianos.
Héctor siempre recordará el 5 de mayo de 1980, fecha en la que ingresó a Compensar. En esa época estaba estudiando contabilidad en la Universidad Central y soñaba con encontrar un trabajo que le brindara estabilidad y crecimiento profesional. Fue tal su suerte que un día vio en la cartelera de su facultad una oferta laboral de la Caja, sin dudarlo envió su hoja de vida y gracias a sus conocimientos obtuvo el puesto de auxiliar contable.
Su pasión por el logro, transparencia y vocación por el servicio lo llevaron a crecer profesionalmente dentro de la organización. De auxiliar contable pasó a gestionar talento humano, tesorería, apoyo logístico, crédito y vivienda. Hoy, es el líder financiero de Compensar, labor que desempeña con el mismo entusiasmo que cuando empezó.
“Lo mejor de trabajar durante estos 38 años en Compensar es que he aprovechado las oportunidades brindadas por la Caja, no solo me he desarrollado profesionalmente, también he construido mi familia alrededor de Compensar, afirma Héctor Figueroa.
De hecho, en la Caja conoció a su esposa Rocío de León, con quien lleva casado 29 años. “Yo conocí a Héctor porque entré a trabajar en Compensar como psicóloga. Él fue una de las primeras personas que me recibió porque en ese momento estaba reemplazando a la persona encargada de recursos humanos. Me llamó la atención su amabilidad, solidaridad e inteligencia”.
Sus hijos, Diego y Santiago, lo describen como un padre ejemplar, con una gran calidad humana y sentido del humor. Se sienten orgullosos porque saben que, desde Compensar, él contribuye a lograr un mejor país. En definitiva, es su guía, quien los ha ayudado a alcanzar sus sueños.
Compensar hace parte de la familia de Héctor. “Amamos a la Caja porque muchos de nuestros mejores momentos los pasamos allí. Estuvimos en cursos de fútbol y natación, pasábamos vacaciones en Lagosol o Lagomar. Vimos crecer a nuestro papá en una organización que lo ha valorado y reconocido. Por eso, siempre tendremos un amor gigantesco hacia Compensar”, asegura Diego Figueroa, hijo mayor de Héctor.
Ser personas buenas y transparentes, así como luchar por un mejor país, son valores que Héctor ha inculcado y seguirá transmitiendo en su hogar. Actualmente, se encuentra en proceso para pensionarse. Sin duda alguna, su pasión por hacer las cosas de manera correcta, ayudar a los demás y brindar un buen servicio son valores de la cultura Compensar que Héctor seguirá llevando a donde quiera que vaya porque él cree firmemente en el lema de la Caja: “lo mejor de lo que hacemos es para quien lo hacemos”.
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