La incertidumbre empresarial es una realidad con la que deben convivir los altos ejecutivos de las organizaciones. Aunque es imposible evitarla, sí se puede estar preparado para gestionarla exitosamente.
Las empresas siempre deben estar atentas a las tendencias económicas, sociales, políticas, ambientales y tecnológicas que pueden beneficiar o afectar su core de negocio. De hecho, cuando tienen conocimiento de su entorno, la alta dirección puede tomar mejores decisiones. En cambio, si no están preparadas, tendrán a desaparecer como Blockbuster, Kodak o la misma General Motors que tuvo que replantear su estrategia de negocio al declararse en bancarrota en 2009.
“Hoy en día no es aceptable esta respuesta de un empresario a un gerente: “hemos hecho las cosas así desde hace 10 años o más”, las condiciones del mercado han cambiado, está la globalización, los cambios en los consumidores. Por eso, anticiparse le permitirá prepararse en términos de recursos y acciones de manera que puedan responder a los posibles riesgos generados por los factores externos e internos de la organización, priorizando las actividades de forma más asertiva y definiendo los presupuestos efectivamente”, asegura Luis Eduardo Bernal, docente universitario y consultor empresarial, con amplia experiencia en estrategia y operaciones.
¿Cómo prepararse?
Un gerente bien contextualizado puede tener incertidumbre empresarial de lo que pasará a mediano y largo plazo. Por ello, hay que tener en cuenta los factores que la originan. Para esto, el consultor empresarial, Luis Eduardo Bernal recomienda centrarse en tres aspectos claves que le ayudarán a tener una respuesta ante los riesgos :
● Reflexión: usualmente los directivos no dedican un tiempo para analizar su actuación y los resultados logrados. Lo recomendable es que periódicamente programen un espacio para evaluar los eventos que están ocurriendo en su entorno (sector, país, internacional) y al interior de la empresa (productividad, evolución de las ventas).
También, deben incluir el feedback del cliente para saber si están o no satisfechos con sus productos y servicios, esto nutrirá los procesos de innovación y les ayudará a mitigar las amenazas o aprovechar las oportunidades.
●Planeación y flexibilidad: la planeación y la flexibilidad no son opuestos. La planeación privilegia las acciones estratégicas y los recursos necesarios para ejecutarlas. Una vez se comience a proceder, se debe hacer seguimiento y control, dependiendo de los cambios se tomarán acciones correctivas con flexibilidad pero manteniendo el rumbo.
●Capacidad de ejecución: de nada sirve una buena planeación si no se ejecuta bien. Se recomienda preparar correctamente al recurso humano, sobre todo en capacidades blandas (liderazgo, trabajo en equipo, comunicación y manejo del tiempo) y desarrollar metodologías Lean, Agile, gestión de proyectos, procesos, entre otros.
Esto no solo permite tener el control sino aportar flexibilidad a la ejecución, permitiendo responder rápidamente a los diferentes retos estratégicos que se presenten en cualquier momento en la organización.
Una respuesta anticipada ante los cambios es la clave para garantizar la perdurabilidad de su empresa. Nunca pase por alto cualquier tendencia, porque puede ocasionar grandes problemas económicos, que lo llevarán a una crisis empresarial.