La hidratación es uno de los factores claves en la lactancia materna, pues genera un efecto beneficioso para las madres que amamantan, por ende, para los recién nacidos. A continuación, descubre los beneficios de mantenerte hidratada durante esta etapa.
Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una fecha que busca crear conciencia sobre este tema y es que como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) “menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente de leche materna”. Por esta razón, es importante recordar que cuando amamantas a tu hijo le estás dando un alimento seguro, nutritivo y accesible, sin duda el mejor que puede recibir.
Y es que como anota la pediatra María Lucía Mesa, presidenta de la Sociedad Colombiana de Pediatría Regional Bogotá “la leche humana, además de proporcionar todos los nutrientes, garantiza la mejor nutrición a niñas y niños -de manera exclusiva en menores de 6 meses- y una vez, a esa edad, introducida la alimentación complementaria se debe continuar por lo menos hasta los dos años. Durante los 6 primeros meses de vida, la leche materna aporta la hidratación necesaria. Una de las maravillas de este alimento es que la leche humana es un tejido vivo que se adapta a las necesidades del bebé, no sólo en cuanto nutrientes y las defensas para prevenir infecciones, sino también cuando aumentan las necesidades de líquidos, incrementa la proporción de agua en la leche, que normalmente es de más del 80%”.
Lactancia e hidratación
Durante el embarazo las madres deben hidratarse pues el consumo de agua permite la producción necesaria de líquido amniótico, así como, el desarrollo y función de los tejidos fetales, y esa hidratación debe seguir también en la lactancia. Como anota la pediatra Myriam Liliana Camargo existen varias razones que demuestran la importancia de mantener una buena ingesta de líquidos, entre ellas:
- La lactancia implica un esfuerzo adicional, así que mantener una adecuada hidratación puede disminuir la fatiga y aumentar los niveles de energía de la madre.
- Mantener una buena hidratación en la madre es necesario para asegurar que la leche materna conserve su calidad óptima en cuanto a la relación de nutrientes y contenido de agua. Este factor desempeña un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo saludable del bebé.
- En el período post parto el organismo de la madre requiere un tiempo de recuperación y el agua juega un papel fundamental apoyando la función metabólica y el proceso de cicatrización de las heridas, especialmente en caso de una cesárea o episiotomía.
- Satisface la sensación de sed intensa que experimentan las madres lactantes durante esta etapa debido a la liberación de hormonas relacionadas con la producción de leche.
- Ayuda a mantener una buena producción de leche cuyo principal componente es el agua.
- La buena hidratación también genera un impacto positivo en el bienestar emocional de la madre. Durante el posparto, es frecuente que las mujeres experimenten cambios hormonales y emocionales como la depresión posparto. Mantenerse bien hidratada puede contribuir a mejorar el estado de ánimo, disminuir el estrés y la ansiedad.
¿Cómo hidratarse durante la lactancia?
De acuerdo con la pediatra María Lucía Mesa “la mujer debe aumentar las tomas de agua durante la lactancia materna, ingesta que también se debe incrementar cuando se presente un aumento de temperatura en el ambiente. De la misma manera, se recomienda aumentar la frecuencia de tomas de leche materna cuando el bebé tiene fiebre o alguna enfermedad infecciosa como gripes y diarreas”.
Pero ¿qué líquido tomar para hidratarse? Para la pediatra Myriam Liliana Camargo,“lo más adecuado es el consumo de agua, debe evitarse las bebidas con azúcar y colorantes. El consumo de café y té también deben reducirse y en ninguna circunstancia se debe ingerir alcohol por los riesgos que tiene en el desarrollo del bebé”.
No obstante, la enfermera Sonia Cárdenas Rubiano, magíster en Ciencias de la Educación, partera tradicional semilla de AsorediparChoco y profesora de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación de la Universidad de La Sabana anota que “los líquidos que se sugieren son los que la mujer lactante considere de su gusto, aquí hay que tener en cuenta que muchas mujeres no tienen el hábito de consumir agua pura antes de la gestación y que en este momento se condicione a consumir únicamente agua pura, puede que no sea agradable a su gusto, sin embargo, cualquier líquido natural o que contenga nutrientes como los caldos, coladas, zumos, infusiones, batidos, germinados, leches, entre otros, se pueden consumir a libre demanda”.
De igual forma, la enfermera Sonia Cárdenas, quien coincide con la pediatra Myriam Liliana Camargo, señala que “lo más importante es evitar las bebidas alcohólicas y las bebidas artificiales y azucaradas. Por otro lado, los saberes tradicionales y ancestrales que están presentes en esta etapa perinatal recomiendan algunas plantas medicinales que, a su conocimiento y experiencia, ayudan al proceso de lactancia, sin embargo, por la carencia de evidencia científica, es importante consultar un experto en fitoterapia que pueda llevar este apoyo natural de la mejor manera para disminuir los riesgos”, anota Cárdenas.
¿Cuántos litros de agua debe consumir una mamá diariamente?
La presidenta de la Sociedad Colombiana de Pediatría Regional Bogotá, María Lucia, anota que “para determinar la cantidad de agua se deben tener en cuenta diferentes condiciones como la actividad física, el medio ambiente, la salud y el tipo de dieta. En promedio, para una mujer sana se recomienda de 700 ml a un litro de agua más de lo que acostumbraba”.
Esta hidratación se debe realizar constantemente pues como anota la enfermera Sonia “lo importante es que durante el día la mujer lactante esté consumiendo líquidos naturales a libre demanda, pero haciendo conciencia de la necesidad de hidratarse, algunas madres experimentan sed durante el amamantamiento, este sería un buen espacio para que tenga un vaso de agua y consumirlo para saciar su sed, otras prefieren hacerlo en momentos diferentes entre comidas, durante las comidas o cuando bebé está descansando”.
Otra estrategia dada por la pediatra Myriam Liliana “es tener una botella de agua a mano y tomar sorbos de manera frecuente durante todo el día, incluso antes de sentir una sed extrema”.
¿Y qué pasa si no te hidratas?
La deshidratación es el resultado de la pérdida excesiva de agua del organismo, en ese sentido cuando una mujer lactante “consume una baja ingesta de agua durante la lactancia genera una deshidratación tanto para la madre como para el bebé, puesto que se altera la composición de la leche humana, al bajar la proporción de agua en la misma”, explica la pediatra María Lucía Mesa.
Por ello, la pediatra Myriam Liliana Camargo añade que “la deshidratación en la madre puede presentarse con síntomas como fatiga extrema, mareos, dolores de cabeza, sequedad en la boca, piel seca y pérdida de apetito. Además, puede tener un impacto negativo en la producción de leche materna, disminuyendo tanto la cantidad como la calidad de esta, lo que puede generar estrés y frustración en la madre”
En cuanto al recién nacido “el no recibir una cantidad adecuada de alimento y nutrientes esenciales para un crecimiento y desarrollo óptimos puede presentar una pobre ganancia de peso, desnutrición o deshidratación. Además, el sabor de la leche puede alterarse y resultar poco agradable para el bebé”.
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El acto de amamantar es uno de los momentos más especiales y significativos para una mamá y su hijo, como concluye la enfermera Sonia Cárdenas, magíster en Ciencias de la Educación, “la lactancia humana es un proceso maravilloso en el cual la madre le aporta a su hijo todos los nutrientes que necesita para sobrevivir desde el momento de su nacimiento, por ello se debe hacer esfuerzos para garantizar que este proceso sea eficaz y efectivo desde la primera hora de vida, permitiendo el contacto piel a piel, la activación de los reflejos primitivos del neonato y la succión inmediata”.
Y para que la lactancia materna se desarrolle de manera adecuada recuerda hidratarte esto hará que tú y tu hijo obtengan innumerables beneficios que, a largo plazo, en la edad adulta, hará que tu hijo disminuya el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes.