Las rutinas aportan beneficios emocionales y psicológicos por lo que es importante que a los niños se les enseñe a implementarlas, de esta manera, a medida que van creciendo, se sentirán más seguros de sí mismos. Rocío Ruiz López, psicóloga y psicoterapeuta de la Universidad Nacional, nos explica cómo establecer rutinas y fomentar hábitos saludables.
¿Qué son las rutinas?
Cuando se habla de rutinas, se hace referencia a “todos los comportamientos que los niños deben aprender a incorporar en su vida diaria, los cuales favorecen a su desarrollo y desempeño, tanto en la casa como en el colegio, y más adelante en su vida personal, profesional y laboral”, aclara la psicóloga y psicoterapeuta Rocío Ruiz López.
Esto explica por qué enseñarles a los niños a realizar acciones diarias como cepillarse los dientes, ordenar los juguetes, tender la cama, hacer la tarea, contribuyen a desarrollar el pensamiento abstracto, pues cabe resaltar que cuando se es niño no se tiene tanta conciencia sobre la noción del tiempo, sino que, es a medida que van creciendo cuando empiezan a comprender la importancia de proyectarse a futuro y por lo tanto, a crear rutinas saludables para la consecución de un objetivo.
Diferencia entre hábitos y rutinas
De acuerdo con la psicóloga “ las rutinas se pueden definir como costumbres personales que se establecen convenientemente y que muchas veces no generan modificaciones, mientras que, los hábitos son mecanismos o pautas de conducta, actitudes que se pueden convertir en destrezas y que son utilizados en diferentes situaciones de la vida diaria, generando aprendizajes estables”.
Por este motivo, la experta señala que, “tanto los hábitos como las rutinas aportan constancia y seguridad, por eso mismo, son fundamentales en la cotidianidad”.
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En ese orden de ideas, al mismo tiempo que se fomenta en los niños rutinas y hábitos saludables, también se está favoreciendo a su bienestar integral porque al organizar su rutina no solo aprenden a estar más enfocados, sino que “construyen un equilibrio emocional básico para el desarrollo de su personalidad. Así que, incorporarlos desde la infancia les permite saber qué hacer y cómo actuar en cada momento. Posteriormente crecerán siendo personas que perseveran y son constantes en la realización de sus proyectos”, explica Ruiz.
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Seguridad en sí mismos, una de las mayores ventajas
“Cuando un niño se está desarrollando, y como todo es nuevo, el establecer hábitos y rutinas saludables le permite saber qué hacer, sentirse seguro y libre de temores”, asegura Ruíz. Y es que cuando un niño está seguro de sí mismo aprende a confiar en sus capacidades, a sentirse orgulloso de lo que es y a no temer a equivocarse.
¿Por qué sucede esto? De acuerdo con la especialista “los hábitos y las rutinas saludables crean una coherencia, un orden y una organización en su vida a partir de tiempos o periodos predeterminados, que posteriormente se convierten en rituales predecibles y consistentes que le generan seguridad, tranquilidad y adaptabilidad a su medio ambiente”.
De manera que “desarrollar en ellos la confianza básica favorece a su crecimiento posterior, a crear una representación de su mundo interno y externo, de sus emociones, de sus pensamientos, de su personalidad, y preservarlo de la angustia primitiva, creando experiencias de satisfacción, de orden y de coherencia”.
Cómo enseñar rutinas saludables
El ejemplo es la palabra clave para enseñarle a los más pequeños del hogar a establecer rutinas. En ese sentido, es vital el acompañamiento familiar, como expresa Ruíz “es en este ámbito donde aprenden a desarrollar hábitos de higiene, orden, alimentación saludable, hábitos de sueño, hábitos de expresión de sentimientos y otras tantas rutinas con el grupo familiar y social”.
Además del ejemplo, se puede recurrir a elementos visuales que les llamen la atención como la tabla de rutinas para niños, creada por María Montessori en la que a través de ilustraciones infantiles, los niños aprenden y comprenden de manera didáctica los hábitos. Como se muestra en la siguiente imagen:
No obstante, aunque se pueda enseñar a través del ejemplo, es normal que a veces los niños no quieran cumplir con sus deberes. ¿Qué hacer ante esto? La psicóloga Rocío Ruiz López recomienda “que es imprescindible motivar a los niños, escucharlos para saber cuáles son sus necesidades y deseos, establecer rutinas y hábitos saludables según lo que los padres deseen implementar en el hogar, explicarles paso a paso cada cosa, tener un diálogo abierto y una comunicación asertiva con sus hijos, ser constantes y estables pero también flexibles, establecer hábitos como si fueran retos, disfrutar de la educación de los niños y ante todo fomentar la afectividad y el amor en las relaciones familiares”.
De esta manera, logras crear un ambiente propicio para que los niños realicen una rutina en la que implementen hábitos saludables, y así estos puedan permanecer a medida que van creciendo y se hacen adultos.